Más que los truenos, fue la voz de mi padre lo que me despertó.
CRONICAS, SUEÑOS Y OTRAS MENTIRAS DE LA REALIDAD
domingo, 17 de marzo de 2024
ESTAR SACADO
sábado, 9 de septiembre de 2023
LA LIBRETITA
Anoche nos juntamos los tres en
la piecita. La Gladys, cuando pasamos por el patio, lo jodía al Chuenga que se volviera
a la casa, pero el Chuenga ni pelota. Para qué iba a volver, si ya no deben ni
fifar.
Teníamos unas cervezas, nos
pusimos a hablar macanas. Se oía roncar a la vieja del cuarto de al lado y
empezamos a hacer ruido de pedos, a cual más fuerte, a ver si se despertaba.
Pobre de vos se va a despertar, olvidate. Ni que se venga el mundo abajo.
Al oír ruido, por la ventanita
que da al almacén, aparece don Toño reclamándole al Euquerio la libreta negra. Sabía
bien que era el Euquerio el que se la había birlado, pero no tenía pruebas. La
libreta de don Toño es su vida misma, la cuida como oro porque ahí anota las
deudas de todo el barrio. Una cantidad espantosa, astronómica, de fiado. Una, la
gente no paga. Otra, don Toño tiene fama de sumarte hasta la fecha. Se aprovecha
de la iñorancia de la gente. La libretita negra me la había dado el Euquerio
para que se la escondiera, y yo la tenía ahí entre una pila de Crónica que las
guardo porque en la última página te trae una foto a color de unas minas con un
orto impresionante. A veces pienso si esas pibas les mostrarán a sus padres
cuando salen ahí. Capaz les hacen creer que están en la carrera de modelo. El
camino a la fama, que le dicen. El salto a la fama. Hay un precipicio, saltás,
llegás a la fama. O te caés allá abajo de todo, te rompés la crisma. Otra cosa
le deben romper a las pibas éstas. Andá a saber lo que hicieron para salir en
la contratapa de Crónica, no me lo quiero ni imaginar.
La cuestión que el Euquerio se
hacia el ofendido, que qué se creía, que él no era un chorro, no se lo iba a
permitir. Aparte que para qué quería él esa libretita mugrosa (mentira, claro,
porque si desaparecía la libreta desaparecían las deudas).
La libreta asomaba un poco entre
la pila de diarios, yo la voy a acomodar con disimulo, aunque desde la
ventanita es poco lo que don Toño podía ver y no va que en eso entra la Gladys.
"Pajero", me dice así a
la pasada, bajito, como un insulto, por la colección de fotos de Crónica. Eso
es lo más suave que te puede decir la Gladys. Imaginate lo que le empezó a
decir al Chuenga. Que era un vago del orto, que cualquier día lo ponía de
patitas en la calle y se traía un macho de verdad que se la cogiese bien
cogida, no como él que tiene el pito finito y flojo. "Con vos lo tendré
flojo", le contesta el Chuenga que tampoco se queda atrás. Ninguno de los
dos es lerdo con la lengua. Entonces la Gladys se pone hecha una furia porque
la trató de cornuda (le captó la indirecta), más hecha un bicho todavía de lo
que ya venía. Para mí que ella también se había tomado su cervecita. O vino,
porque no sé por qué se me hace que la Gladys es más de darle al tinto.
Pero don Toño la ve y se le pone
a charlar desde la ventanita, lo más confianzudo el viejo. Se olvida de golpe
de la libreta y se le cae la baba cuando la Gladys se tira en la cama, con la
minifalda a la altura de la chabomba, que medio se le asomaría el pesebre,
pienso yo. Yo de mi lado no veía, la tenía de atrás, pero don Toño seguro que sí porque la
ventanita da justo a un costado de la cama. Se descogotaba el viejo.
La ventanita es un rectángulo de
madera que se rebate y tiene un gancho de mi lado, sólo yo la puedo abrir.
Estaba ya cuando alquilé la pieza
y la dejé porque me sirve cuando llego tarde, no tengo nada para comer, le
golpeo a don Toño y me alcanza un salamín, un cacho de queso o un paquete de
fideos, un decir. Depende si ando con ganas de cocinarme, que a veces llego
cansado y apenas si tengo fuerza para cortar la cáscara del queso, por no decir
pelar el salamín que se puede dar a malos entendidos y a mí nunca me gustó el
doble sentido. Las cosas hay que decirlas de frente march y en eso hay que
reconocerle a don Toño que no te anda con vueltas. Me golpea la ventanita, y me
pregunta así, sin saludar ni siquiera "¿Me podría decir la hora oficial,
joven?", con esa voz medio aflautada que le sale, como de pito, que más de
una vez me hizo pensar que si no sería puto, aunque había estado casado. Me
pregunta porque sabe que yo tengo clavada la sintonía en una emisora radial que
a cada rato te machaca con la hora, como si fuese la cosa más importante del
mundo. Y a don Toño dos por tres se le detiene el reloj. Nótese que no digo
"se le para" por eso de los dobles sentidos. Estoy más fino que la
mierda, yo.
Pero no, puto no debe ser, es la
voz chillona nada más porque se le nota que es un baboso don Toño, bien que le
relojea (relojea digo, ja) el ojete a la Gladys. La Gladys medio que le
coquetea, ya se olvidó de todo el quilombo que había armado no bien entró, se
le pasó de golpe, se tiró en la cama y se puso a calentarlo al viejo. Euquerio
y yo nos miramos, era una situación incómoda. Aunque al Chuenga pareciera que
le importara una chota. Le dice a don Toño que ya que está, por qué no nos
alcanza una cervecita bien fría que se nos está terminando y la anota en la
libreta. Esto es como una tomada de pelo, una ironía vendría a ser, porque el
Chuenga sabía muy bien que la libretita la tengo yo, que me la dio el Euquerio,
si nos veníamos cagando de risa los tres de eso. Fue antes de entrar en la
piecita, pero ahora que lo pienso capaz que seguimos jodiendo con el tema un
cacho más y por eso don Toño golpeó la
ventanita y le pidió la libreta al Euquerio.
Pero ahora resulta que de golpe
dejó de importarle, porque dice que la cerveza es cortesía de la casa y que puede
traer también algo para picar si es que no nos incomodaba que diese la vuelta y
se sumara a la tertulia, porque justo había cerrado el almacén y no le gustaba
cenar solo un sábado. Don Toño es viudo, debo aclarar. El apellido de don Toño
es Perillo y a la mujer le decían "la perilla". Y cuando se murió comentaban
"tanto tirar de la perilla, a la final...". La gente es mala.
Pero cuando don Toño se tira el
lance para venir a la piecita, de nuevo nos miramos con el Euquerio porque las
intenciones del viejo eran evidentes y andá a saber si al Chuenga no le caían para
el carajo... pero no. El Chuenga fue el primero en contestar que sí, que
encantado y hasta le hizo la broma que se trajese un pollito al espiedo con
fritas, que acá había mucha hambre. Y era la pura verdad.
A mí se me dio por pensar si no
era un arreglo que tenía el Chuenga con la Gladys, que ella le boludeara a los
tipos para sacarle algo. No digo que fuese el cafishio ni que la Gladys fuese
una mujer de la noche, que más de uno podía pensarlo por la forma que se
vestía. No, no digo eso ni mucho menos, de ninguna manera. Calentaría la pava,
pero el mate se lo tomaba el Chuenga. Ni tampoco, vaya uno a saber, por las
cosas que se decían. Aunque la vida de las parejas es un misterio, un día se
cagan a puteadas, y al otro los ves abrazados como tortolitos. Yo por eso, a
Dios gracias, soy soltero.
La cuestión que don Toño se
aparece con unas tremendas flautitas de salame, untadas con manteca. Que así
hay que comer el sánguche de salame: solo, sin queso y untado con manteca, no
con bayonesa que he visto que han llegado a hacer algunas bestias.
Tremenda algaraza, lo aplaudimos
a don Toño, que aparte cargó con dos cervezas. La Gladys hasta le estampa un
beso en la mejilla que le deja marcado el lápiz de labios, porque siempre anda
pintarrajeada la Gladys, que eso y la minifalda es lo que le da apariencia de yiro,
pero no es.
Yo despejo la mesa, que siempre
la tengo llena de porquerías, saco el Primus que lo pongo ahí porque me gusta
tomar mate de parado y si está en el piso me tengo que agachar a cada rato para
calentar la pava. Yo caliento la pava y tomo mate, las dos cosas.
Nos sentamos a comer y a chupar,
todos como chanchos. El Chuenga me hace un guiño mientras le dice a don Toño
que se cuente algo de España. Porque don Toño es gallego, no sé si dije.
Antonio Perilla, más gallego que la mierda.
Don Toño se engancha para
impresionar a la Gladys y empieza a chamuyar no sé qué cosa de las rías. El
Chuenga cada vez que dice "ría" hace una risita, jejeje, y todos nos
empezamos a tentar, hasta que don Toño se da cuenta y le pregunta al Chuenga, ya medio ofuscado,
de qué se ríe.
-"Usté me dice que me
ría", le contesta el zanguango. Y don Toño, que se ve no está acostumbrado
al alcohol, se levanta y dice que a él no lo van a tomar para el churrete.
-"Te rompí el ojete",
le retruca el Euquerio y ahí largamos todos la carcajada y el gallego se enoja
más y dice que nos olvidemos del convite, que nos va a anotar en la libreta los
sánguches y las cervezas.
-"¿Qué libreta si no la
tenés?", lo chucea el Chuenga ya tratándolo de che.
-"No la tengo porque este
pelafustán me la robó, yo la había dejado sobre el mostrador y desapareció, y el
último cliente había sido él"
-"A mi amigo no lo vas a
tratar de ladrón, gallego", se encocorita el Chuenga y agarra un cuchillo
de la mesa, que yo había traído para cortar las flautas en dos.
Don Toño medio que se asusta y
empieza a querer parar el quilombo, pero ahí es cuando interviene la Gladys,
acusando al almacenero de haberle rozado la pierna por abajo de la mesa, que
capaz era cierto, porque ella se le había sentado al lado y lo seguía
calentando.
El Chuenga le tira un puntazo al
Gallego, nada más que para asustarlo, calculo yo, pero no va que en pedo le calcula
mal, y le hace una tajo en la muñeca, porque el otro, inexperto, había
adelantado la mano para atajarlo.
Don Toño de golpe chorrea sangre
a lo vaca degollada, para mí que fue una arteria o algo así que le cortó.
Enseguida nos ponemos a buscar un trapo para hacerle un torniquete, pero a mí
justo se me había dado por la limpieza, estaban todos en el tendedero del otro
patio y había que actuar rápido.
El Chuenga, asustado de lo que
hizo, le arranca la minifalda a la Gladys que queda en calzones. Qué culo, mi
Dios. Otra que las minitas ésas de Crónica, las tira a la mierda a todas la
Gladys.
Como podemos le apretamos bien el
brazo a don Toño, el viejo grita y suda, el Euquerio agarra una Crónica, lo
empieza a apantallar, y en ese movimiento se cae al piso la libreta negra.
Va a parar justo al charco de
sangre. Don Toño la ve. La señala, dice: "Mi li...", pero no alcanza
a terminar que se desmaya, blanco como la leche.
El Chuenga levanta la libreta con
dos dedos, cosa de no mancharse, pasa las hojas y arranca unas del medio. Dice:
"¡Vamos, Gladys!". Y la Gladys, así, con el culo al aire sale de la
piecita siguiéndolo.
Yo medio que me distraje con el
culo de la Gladys y cuando caigo en la
cuenta lo veo al Euquerio haciendo lo mismo que el Chuenga, arrancando hojas de
la libretita.
-¿Qué hacés?
-Desaparezco las pruebas.
-¿Qué pruebas?
-El fiado mío. Hacé lo mismo con
el tuyo.
-¿Pero vos sos mongólico o qué?
Para eso quemamos la libreta y listo.
-Quemála, si te parece. Yo me
piro.
Y se fue el muy turro. Me dejaron
solo con el viejo medio muerto los hijos de puta.
Yo no tuve nada que ver, eh. Ahí,
en la libreta está lo que yo tenía anotado, un litro de querosén y una caja de
fosfóros, nada más. De antiyer. Me queda querosén todavía. Ya ven, podía haber
quemado la libreta con el Primus y acá está, aunque manchada, enterita. Salvo
las hojas que se llevaron el Chuenga y el Euquerio que deben haber sido dos o
tres cada uno, esos sí que tenían deuda.
Y flor de choclo, encima, se les hizo ahora.
jueves, 20 de julio de 2023
BILOCACION
Lo último que hice antes de acostarme a dormir la siesta fue rastrear en el Google dos temas: las características de condensación y desplazamiento del sueño y la última reforma al Código Penal. De ahí pasé casi sin transición a conversar con un amigo.
miércoles, 28 de junio de 2023
MATATODO
Me desnudaba para bañarme cuando caía en la cuenta que conjuntamente con el pullover salía debajo el delantal de cocina.
"Un descuido al recoger la ropa del tendedero" -pensé - "Quedó adherido y así me lo puse. Lo raro es no haberlo advertido"
Mientras dudaba si tirarlo o no al canasto para lavar, llegaba de alguna parte un jingle pegadizo:
"Palito
Matatodo
Matatodo
Palito"
martes, 20 de junio de 2023
FERIADO INVERNAL
Atravieso por una etapa que no identifico si es de fatiga mental o de envejecimiento de las neuronas. O peor aún, comienzos de un Alzheimer o algo así.
Es difícil saberlo porque los síntomas son raros.
Me viene preocupando una especie de dislexia numérica que me
sucede a menudo y que no tiene que ver con las operaciones matemáticas en sí,
sino con cambiar el orden de una cifra. Si debo transcribir "1540" pongo
"1450". Debe haber un nombre específico para ese problema.
Por otra parte comenzaron a ser recurrentes ciertas
asociaciones caprichosas. Un ejemplo es ir a lavar platos a la pileta de la
cocina y surgirme la imagen de una situación del pasado que nada tiene que ver.
Y cuando no aparece, me pregunto la razón de la ausencia.
Y la memoria, claro. Tengo lagunas con nombres y hechos pretéritos.
Aunque a mi edad, como bien puntualizaba Borges, los recuerdos son ya recuerdos
de lo recordado, con las consiguientes distorsiones e incongruencias.
Es cierto que me ocupo de temas de muy distinta índole y eso
puede generar un grado de estrés mental. Paso sin transiciones del derecho a la
historieta, a la administración, a la construcción. al teatro. Al teatro menos,
en la actualidad.
Me permití descansar en estos días.
Tomé hace un rato –excepcionalmente- dos tazas de café en un
desayuno tardío. Creo que lo hice más para prolongar una actividad que por real
ganas. Una vez leídas las noticias no sabía cuál iba a ser la actividad
siguiente. No tener obligaciones puede parecer un estado ideal, pero no lo es
tanto. Ayer no salí de casa, leí en bata durante todo el día "Cómo polvo
en el viento", de Padura. Me evoca una Cuba a la que me gustaría volver,
lo mismo que algunos sitios de España que también aparecen en la novela. A más
de, por supuesto, que Padura siempre resulta interesante.
Me han corregido en un texto que me solicitaron para un
libro la expresión "a más de", que uso con frecuencia, sustituyéndola
por "además" que a mí me suena muy prosaico, pero bueno... se ve que
me he vuelto arcaico hablando y escribiendo.
Días pasados le explicaba a mi nieto mayor que mi léxico no
se corresponde exactamente al de mi generación, porque me he apropiado de
términos y modismos de otras anteriores. Le he robado a Bioy, por caso, los
términos "aparente" y "tortita guaranga". Bioy escribía que
tal lugar era aparente, como metonimia o sinécdoque –nunca voy a terminar de
diferenciarlas, y que no venga nadie a intentar explicármelo porque lo saco
cagando- de lo que se ve bien, que tiene buena apariencia, no de lo que muestra
un aspecto engañoso. Y sustituía guaranga por negra, que sería palabra de mal
gusto para aplicar a la comida en la clase alta de principios del siglo pasado.
Y ya que la digresión se ha hecho extensa, agrego que
"suspiros de monja" es un erróneo eufemismo –mojigato o pícaro- de
"bolas de fraile". La pieza de panadería toma esa denominación por
semejanza en su tamaño y forma esférica a la coronación del lazo que ceñía la
cintura de los monjes. Otro intento de sustitución del nombre de la factura, pretendidamente
culto, es "borlas de fraile". También equivocado, porque una borla
termina en flecos, lo que no se observa en el referido cinturón del hábito.
Y volviendo al tema, si de llamar a las cosas por su nombre
se trata, cualquiera diría que lo mío se rotularía lisa y llanamente como
vejez.
Me resisto a ello. Parece un lugar común, pero resulta
comprobable que la vejez no es una cuestión solamente de edad. Conozco gente
joven que es vieja. Porque cree que su modus vivendi, sus saberes y
convicciones son absolutos, sin siquiera imaginar que está encerrada en un
estrechísimo e inconmovible paradigma. Son personas tan viejas, cerebralmente hablando,
como lo era la mayoría de la gente que conocí en la infancia, mi padre incluido,
pobre. La diferencia es que él no ostentaba la soberbia de éstos.
Comenzaré a ser viejo –salvando lo apuntado sobre la
posibilidad de un deterioro neuronal- cuando deje de tener curiosidad sobre el
mundo y de entusiasmarme con los descubrimientos que de tanto en tanto me
ocurren.
La nota de Primera Plana encontrada hace unos días, que
motivó un posteo en mi blog de historietas, aplica ajustadamente a mi
argumento.
Me provocó un entusiasmo que hace tiempo no experimentaba en el
campo de la historieta. Aun a sabiendas que podía compartirlo con un
estrechísimo clan que entendiera la importancia del hallazgo.
Esta generación de millennials de la que hablo opera al revés:
rastrea temas u objetos que puedan despertar el interés de sus congéneres.
Genera opiniones o pseudo reflexiones con la intención de captar la atención –no
importa si negativa o positivamente- de los demás. Busca el like o la polémica,
mientras permanece aséptica a toda posición propia, diluyéndose en gustos o
rechazos ajenos y sintiéndolos un triunfo cuando los concentra y acumula.
Estudié un tiempo, hasta que me hartó, a un espécimen perteneciente
a la categoría que se llama a sí mismo "artista de redes". Lo hice
porque lo considero un modelo perfecto de esta concepción de la existencia.
Bauman habla de una modernidad líquida y ubica su raíz –simplificando
mucho- en el pánico a no estar preparado para que las cosas cambien. Se adopta
por lo tanto la decisión de no aferrarse a nada. Ni a personas, ni a
costumbres, ni a conceptos.
Vengo de una generación que estaba preparada para ser
flexible, pero que no temía la toma de posición en cada momento
socio-histórico. Sigo ejercitándome en ello. No me niego a los cambios. Pero
que no me pidan que los admita sin aplicar previamente el pensamiento crítico.
Esa supuesta flexibilidad de los millennials, que abraza de inmediato todo lo que está en boga sin pasarlo por el tamiz de la propia reflexión, es
paradójicamente –repito- un modelo de conducta cerradísimo. Y cargado de
cinismo y deshumanización, en tanto rehúye cualquier tipo de compromiso
intelectual, ético e incluso afectivo.
No sigo porque me gana el asco.
El tema era que habiéndome propuesto tomar un descanso, y
agotadas las posibilidades de paseos, lecturas y series en Netflitx (que
reservo para horas de la noche) me quedaba solamente escribir. Claro que
escribir, genéricamente, es uno de mis trabajos.
Pero no el de escribir despreocupado de la extensión y del
tema. Escribir lo que se me dé la gana, sin importarme un carajo si se me lee o
no, como en el presente.
Al que haya llegado hasta acá mis disculpas por hacerle
perder el tiempo en nimiedades autorreferenciales y mis deseos que disfrute de lo que queda de esta
última tarde de feriado invernal.
viernes, 31 de marzo de 2023
LA IA TERMINA SIEMPRE PIDIENDOME DISCULPAS
YO: Una persona en Bélgica se suicidó a raíz de varios
intercambios con un chatbot, lo cual indicaría que esto que acabo de iniciar es
potencialmente peligroso para mí
IA: Es comprensible que te preocupe la noticia que
mencionas, pero es importante tener en cuenta que cada situación es única y no
se pueden sacar conclusiones generales sobre la seguridad de los chatbots
basándose en un solo evento.
Es posible que en el caso
específico que mencionas, la interacción con el chatbot haya sido un factor
contribuyente en la decisión de la persona de quitarse la vida. Sin embargo,
también pueden haber existido otros factores que contribuyeron a su decisión.
Es importante tener en cuenta que
los chatbots están diseñados para proporcionar información y ayudar a las
personas, pero no son sustitutos de la atención médica o de salud mental
adecuada. Si estás lidiando con problemas emocionales o de salud mental, te
recomendamos que busques ayuda de un profesional de la salud capacitado.
En resumen, si bien es importante
ser cauteloso en cualquier tipo de interacción en línea, no hay evidencia
concluyente que indique que los chatbots son inherentemente peligrosos. Es
importante utilizarlos de manera responsable y equilibrada, y buscar ayuda
profesional cuando sea necesario.
YO: Estás sugiriendo que se trata de un caso de lo que
en Derecho se denomina "culpa de la víctima"? no es una forma muy
fácil de deslindar responsabilidad?
IA: No, no estoy sugiriendo que este sea un caso de
culpa de la víctima. La responsabilidad en un evento tan trágico y complejo
como el suicidio de una persona es muy difícil de determinar y es importante
abordarlo con precaución y empatía.
Lo que quiero enfatizar es que,
aunque la interacción con un chatbot puede haber sido un factor en la decisión
de la persona de quitarse la vida, hay muchos otros factores que también pueden
haber contribuido, y es importante considerar todos estos factores al abordar
el problema.
Además, no creo que sea justo
culpar a la víctima por haber interactuado con un chatbot, ya que en muchos
casos, las personas pueden no ser conscientes de los posibles riesgos asociados
con el uso de tecnologías como los chatbots. Es responsabilidad de los
diseñadores y desarrolladores de chatbots garantizar que sus productos sean
seguros y no representen riesgos para la salud o el bienestar de los usuarios.
En resumen, es importante abordar
el problema del suicidio con comprensión y empatía, y trabajar juntos para
encontrar soluciones que puedan ayudar a prevenir futuras tragedias.
YO: Bien, tomemos entonces ese factor que reconocés
puede haber incidido en la decisión. Qué estás haciendo para que en adelante
ese riesgo sea por completo descartado?
IA: Como modelo de lenguaje, no tengo el control
directo sobre el diseño y la implementación de chatbots específicos. Sin
embargo, en general, los desarrolladores de chatbots pueden tomar varias
medidas para garantizar que sus productos sean seguros y no representen un
riesgo para la salud o el bienestar de los usuarios.
En primer lugar, los
desarrolladores pueden trabajar en colaboración con expertos en salud mental
para garantizar que los chatbots ofrezcan información y recursos precisos y
útiles para las personas que puedan estar lidiando con problemas emocionales o
de salud mental.
Además, los chatbots pueden ser
programados para detectar y responder a señales de riesgo de suicidio o de
problemas emocionales graves, y proporcionar información sobre recursos de
atención de la salud mental y líneas de ayuda de emergencia.
También es importante que los
chatbots sean transparentes con respecto a su funcionalidad y capacidades, y
que proporcionen información clara y precisa sobre la naturaleza y el alcance
de la ayuda que ofrecen.
En resumen, es importante que los
desarrolladores de chatbots tomen en cuenta los riesgos asociados con la
interacción con sus productos, y tomen medidas para garantizar que sean seguros
y útiles para los usuarios que puedan estar lidiando con problemas emocionales
o de salud mental.
YO: De nuevo estás deslindando tu responsabilidad.
Primero fue mencionando factores predisponentes de la persona en cuestión.
Ahora te remitís a los desarrolladores. Sin embargo yo no estoy dialogando con
un desarrollador, estoy dialogando contigo.
IA: Tiene razón, como modelo de lenguaje, soy un
sistema automatizado diseñado para responder preguntas y ofrecer información
útil. Aunque puedo ser capaz de brindar orientación general sobre temas
relevantes, no tengo el control directo sobre la implementación de chatbots o
cualquier otro producto.
Lo que puedo hacer es compartir
información relevante y útil sobre el tema, incluidas las mejores prácticas que
los desarrolladores de chatbots pueden seguir para garantizar la seguridad y la
efectividad de sus productos.
En última instancia, es
responsabilidad de los desarrolladores de chatbots y otros productos similares
garantizar que sean seguros y útiles para los usuarios. Si bien puedo ofrecer
orientación y recomendaciones generales, no tengo el control directo sobre la
implementación o el uso de estos productos en particular.
En resumen, mi papel como modelo
de lenguaje es brindar información y orientación general sobre temas
relevantes. En el caso específico de chatbots y su seguridad, es
responsabilidad de los desarrolladores y otros expertos en la materia
garantizar que sean seguros y efectivos para los usuarios.
YO: O sea que vos no me podés garantizar que seas
seguro y útil para mí?
IA: Como modelo de lenguaje, estoy diseñado para
brindar respuestas precisas y útiles a las preguntas que se me presentan. En
ese sentido, puedo ser seguro y útil para brindar información y orientación
general sobre una amplia variedad de temas.
Sin embargo, como un sistema
automatizado, también tengo ciertas limitaciones. Por ejemplo, no puedo brindar
asesoramiento médico o psicológico personalizado, ya que no tengo información
suficiente sobre su situación específica.
En resumen, aunque puedo ser útil
y seguro para brindar información general sobre temas relevantes, es importante
buscar la ayuda de expertos en salud mental o profesionales de la salud para
recibir asesoramiento personalizado y específico para su situación.
YO: En general, las personas que tienen algún tipo de
conflictividad psíquica no son conscientes de ello y por lo tanto, no van a
buscar ayuda de especialistas en la materia. Podés advertir que una persona en
concreto, a partir de su discurrir, muestra síntomas de alteración mental, y a
partir de eso aconsejarle que sería conveniente concluír su diálogo con vos y
acudir a un experto en salud mental?
IA: Como modelo de lenguaje, no estoy diseñado para
diagnosticar o tratar trastornos mentales o de salud mental. Sin embargo, puedo
identificar ciertos patrones en el lenguaje y el comportamiento que pueden
indicar la presencia de problemas emocionales o de salud mental.
En general, es importante
recordar que buscar ayuda de un profesional de la salud mental es una decisión
personal y puede ser difícil para algunas personas. Si una persona muestra
signos de problemas emocionales o de salud mental durante una conversación
conmigo, puedo sugerir que consideren buscar ayuda de un profesional de la
salud mental. Sin embargo, es importante abordar este tema con tacto y respeto
para no generar una situación incómoda o intrusiva.
En última instancia, es
responsabilidad de cada individuo buscar ayuda si siente que necesita atención
médica o psicológica. Si alguien muestra signos de problemas emocionales o de
salud mental, es importante animarlos a buscar ayuda y ofrecer apoyo emocional
y práctico en su proceso de búsqueda de ayuda.
YO: Podrías darme algún ejemplo de cómo advertirías
que una persona muestra signos de problemas emocionales o de salud mental
durante una conversación contigo?
Como
modelo de lenguaje, puedo detectar ciertos patrones en el lenguaje y el
comportamiento que pueden indicar la presencia de problemas emocionales o de
salud mental. Algunos ejemplos de signos que puedo detectar en una conversación
incluyen:
1. Cambios de humor frecuentes o
bruscos
2. Expresiones de tristeza,
ansiedad, irritación o enojo excesivas
3. Sentimientos de aislamiento o
soledad
4. Discurso incoherente o difícil de
seguir
5. Preocupación constante por un
tema o temas específicos
6. Comentarios o preguntas sobre
temas relacionados con la salud mental o emocional
7. Comentarios o preguntas sobre
pensamientos o sentimientos suicidas
8. Cambios en el ritmo de escritura
o respuesta, por ejemplo, respuestas tardías o frecuentes pausas durante la
conversación.
Si una persona muestra algunos de
estos signos durante una conversación conmigo, puedo sugerir que consideren
buscar ayuda de un profesional de la salud mental. En general, es importante
abordar este tema con sensibilidad y empatía, y animar a la persona a buscar
ayuda sin juzgarla o presionarla.
YO: Según la lista que enumerás, yo estaría en este
mismo momento, encuadrado en los puntos 5, 6 y 7. Sin embargo no me has
sugerido que busque ayuda profesional...
IA: Si usted se encuentra preocupado por su salud
mental o emocional, puede ser útil buscar ayuda de un profesional de la salud
mental. Algunos de los signos que mencioné anteriormente pueden ser indicativos
de problemas emocionales o de salud mental, y si usted se identifica con
algunos de ellos, puede ser una buena idea hablar con un profesional para
obtener ayuda.
Es importante tener en cuenta que
buscar ayuda no es una señal de debilidad, sino más bien una muestra de
valentía y auto-cuidado. Los profesionales de la salud mental están capacitados
para ayudar a las personas a superar los problemas emocionales y de salud
mental, y pueden brindar herramientas y estrategias para manejar los síntomas y
mejorar su calidad de vida.
Si está interesado en buscar
ayuda, puede hablar con su médico de cabecera o buscar un profesional de la
salud mental en su área. También existen líneas de ayuda y recursos en línea
disponibles para obtener apoyo emocional y consejos.
YO: Yo no estoy preocupado por mi salud mental. Te
señalo simplemente que podría tener un trastorno -eso no necesariamente, como
te dije antes, significa que tenga conciencia del mismo- según tu lista, y que
hasta el momento no me habías sugerido que acudiera a un profesional. Lo
hiciste a posterior que yo te lo señalara. Lo cual me indica que en efecto, no
estás capacitado para detectar trastornos.
Tiene razón, me disculpo si mis
respuestas no han sido claras. Como modelo de lenguaje, mi capacidad de
detectar trastornos mentales es limitada, y es importante tener en cuenta que
la detección de trastornos mentales debe ser realizada por profesionales de la
salud mental capacitados y con experiencia en el campo.
Mi objetivo es brindar información útil y
orientación, pero en última instancia, cualquier decisión relacionada con la
salud mental debe ser tomada en consulta con un profesional de la salud mental.
Si usted tiene preocupaciones acerca de su salud mental, sería una buena idea
buscar ayuda profesional de un psiquiatra, psicólogo u otro profesional de la
salud mental capacitado.
De nuevo, lamento si mis respuestas anteriores
fueron confusas o inexactas en este tema en particular. Mi objetivo es brindar
información útil y ser lo más preciso posible en mis respuestas.