viernes, 22 de noviembre de 2019

VIEJAS CHOTAS (8): PESQUISA


Tocan el timbre en el departamento de Mar del Plata, lo cual es absolutamente infrecuente. Inquiero quién es, me responden con un graznido ininteligible. Abro con la traba puesta, se trata de una anciana desencajada que balbucea algo sobre un cuadro. Llamo a mi mujer -en definitiva es SU departamento-, para que se las entienda con la visitante.
La pregunta que finalmente concreta es si a nosotros nos molesta que tenga un cuadro en el palier.
Con paciencia, logramos descifrar que la buena señora habita en el piso de abajo, y tiene en su palier un cuadro, que encuentra a menudo descolgado.
Azorados, contestamos que no, que no nos molesta.
"Ah, entonces no son ustedes!" -concluye detectivescamente la anciana y parte a indagar a otros pisos.


TRAGALIBROS

La Biblioteca José Ingenieros se mudaba o cerraba, no era claro. Ya se corrían libros, estanterías, mesas, escritorios, sillas. Y el piano. Y una tragaperras que no recuerdo hubiese estado nunca allí. Yo detenía el traslado para hacer una última jugada, sin ficha alguna. Los rodillos se clavaban en los tres siete y la máquina expulsaba un aluvión impresionante de monedas. Marcaba sin embargo un premio que no era la gran cosa, apenas cuatrocientos pesos. Pasa que la gran mayoría de las monedas era de diez centavos. Me preguntaba -aparte de la forma de transportarlas- dónde carajo las iba a cambiar.