lunes, 28 de junio de 2021

PASAMANOS

No sé, no soy yo quien va a corregir su examen, evaluarlo, ponerle nota, lo que sea que haya que hacer. Tampoco conozco a la persona que va a hacerlo, no tengo la menor influencia sobre ella. De modo que no trate de agradarme, no se esfuerce, soy un mero intermediario, una mano que toma de un lado y pasa al otro. Es más, ni siquiera sé si la paso al destino último, quizá haya varias manos más antes de llegar allí. Quizá el destino definitivo sea un basurero. Por un error del sistema, su examen se saltea una mano y cae al abismo, quizá todo esté programado para que sólo unos pocos lleguen al final, y se tome la decisión por influencias, por azar, por capricho. Cualquier cosa, menos por mérito.  Así que escriba zeta  o eme, que a mí no me importa en absoluto. Creo que tampoco a usted debería importarle. Quizá, en vez de devanarse los sesos, sea preferible que escriba frases inconexas, o graciosas. Quizá a alguien le cause gracia lo que escribe y decida elegirla por eso, ¿quién le dice? Cuanto antes ponga el punto final, antes nos iremos a casa, usted y yo. Cada uno por su lado, desde ya. Cada uno a su casa, ¿eh? No vaya a creer que eso fue una alusión velada de mi parte. Así como no me causa el menor interés su examen, tampoco me provoca nada usted como persona. Sería lo mismo que estuviese sentado ahí un perro o una hormiga o un elefante. Aunque pensándolo bien, un elefante rompería la silla y a una hormiga no la vería. A usted la veo. La veo, pero no la miro, se lo dejo en claro. La veo si mi mirada vaga por la habitación, y como en la habitación se halla incluida usted, entonces no puedo dejar de verla. En cambio, si mi mirada se detiene en ese punto de la pared que parece haber sido dejado por un clavo, ¿lo ve?... Sí, creo que ha sido un clavo que otrora sostenía un cuadro, porque la pintura se nota distinta si uno se fija atentamente, un rectángulo más pálido, que bien puede corresponderse al lugar de un cuadro. Unas flores, una naturaleza muerta, un paisaje, una marina. No sé si sabe que se denomina marina el tipo de lienzo relacionado con el mar, ya sea acuarela, acrílico, óleo o técnica mixta. Algo sé de plástica, sí. He leído. Por curiosidad, ¿eh? Por puro gusto. No sirve de nada. Al igual que no sirve de nada su examen y no servía de nada el cuadro colgado en esa pared, al punto que cuando lo retiraron nadie se ocupó en reemplazarlo, nadie lamentó su ausencia. Hasta es posible que se halle guardado en uno de estos armarios. Un día se venció el clavo que lo sostenía, se cayó al piso, se quebró el vidrio aunque no se llegó a romper del todo,  y alguien lo recogió con la idea de cambiarlo en otra oportunidad, lo dejó en un armario y se olvidó para siempre de él. O cada tanto lo recuerda y se dice: "tendría que hacer algo con ese cuadro...". Pero no hace nada. Suponga que yo me ausente un momento de este cuarto por alguna razón equis, un llamado de la naturaleza, póngale. Y una vez cumplido el requerimiento, me olvide que usted está aquí y cierre el edificio. Y que justo empiece el receso invernal y yo no retome mi actividad hasta dentro de quince días. Puede que en algún instante, una ráfaga, yo recuerde que la dejé aquí y me diga: "tendría que ir a abrirle para que se vaya...". Pero hace demasiado frío y rápidamente desecho la idea, prefiero olvidarla de nuevo y quedarme dormitando junto al calefactor, en pantuflas, con mi bata más gruesa y con el arrullo del televisor encendido. Afuera nieva, ¿quién podría reprocharme no salir a la intemperie, con semejante tiempo? Al volver, seguramente usted estaría muerta. De frío, de hambre, de sed. No hubiese podido escapar de forma alguna, porque este edificio se sella a cal y canto una vez cerrado. Bueno, no es exactamente que quede tapiado, es una forma de decir. Se torna hermético. También podría escribir algo hermético, se me ocurre ahora. De modo que nadie lo entienda. Menos aún quien lo evalué, pero por miedo de quedar como un idiota, en inferioridad de condiciones frente a usted, lo da por bueno, se lo aprueba. Nunca se sabe... Báh, escriba lo que quiera, total a mí qué me importa...

La dejo un momento, la naturaleza me llama...




lunes, 14 de junio de 2021

OPORTUNIDAD PERDIDA

En el kiosco de revistas lucían lujosas ediciones en italiano, a color y con tapa dura, de Correrías y Capicúa con historietas que yo jamás había visto. 

Cometí dos errores:

El primero preguntar: "Posso prendere una foto?". Lo correcto hubiese sido: "Posso fare" (de todos modos, el quiosquero -muy simpático- accedió de inmediato).

El segundo error, como me reprochó mi mujer, fué no comprar esos ejemplares.

Es tarde para enmendarlos. No puedo volver a Italia ni tampoco al sueño.