Todos tenemos en nuestro haber alguna agachada, alguna cobardía, un instante de ruindad, una noche espantosa. Y también, todos, hemos dejado en el camino distintos testigos de esas miserabilidades. Supongamos que un fiscal diabólico los citase a declarar uno tras otro,en una única audiencia. Hasta dónde soportaríamos la audición de esos testimonios?
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