domingo, 18 de diciembre de 2016

VIEJAS CHOTAS (4)


Anciana, a mi costado, en el súper. Góndola de galletitas. No repara en mi presencia. Manosea una bolsa de rosquillas, como las de Homero. Presiona cada vez más una rosquilla, hasta pulverizarla con sus dedos sarmentosos. "Están duras como una piedra", farfulla, en monólogo interior. Toma otro paquete, repite la operación, pero ahora destroza más unidades. Descarta, va por un tercero. Con éste, no llega a romper ninguna rosca, parece que su consistencia la convence y mete la bolsa en el chango.

Hay viejos y viejos de mierda.


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