viernes, 9 de diciembre de 2016

Te pega mal

Anduve mucho por la costa, caminando al sol. Después de cenar, tuve escalofríos. Me acosté. Leí un capítulo de Bloody Miami donde el burlador y el burlado cambiaban vertiginosamente. El de los rusos.  Me quedé dormido y alguien me pedía una factura, yo le explicaba por qué no la tenía, y le daba la fotocopia color de una página de Anteojito para su contabilidad. Me comentaba que viajaba a Rusia. Yo bromeaba que iba a tener que andar por debajo de la tierra. Que sabía no por conocer Rusia, sino porque me lo contó una amiga que había ido hace poco y que también está leyendo Bloody Miami. El tipo se iba y  coincidíamos con un ruso, que se encontraba en el mismo bar,  en que el otro, el que se acababa de retirar, ya no era el mismo, que se lo notaba cambiado. Retomo la cerveza que dejé interrumpida. En la mesa me acompaña un amigo actor, y se incorpora una chica muy agradable, que no conozco. Pienso que es la camarera. Le pido hielo para la cerveza, que se había entibiado. Al alcanzarle el vaso para que lo sirva, se me derrama. Quedaba poca cerveza.
Ahora estoy desvelado. Quizá retome el Bloody Miami. Me falta poco para terminarlo.
El ferné en Mar del Plata te pega distinto.







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