sábado, 16 de abril de 2016

VIEJAS CHOTAS (3)


La señora bajita y rechoncha habla incansablemente en la verdulería. 
Dice cosas como "el ajo viene sin gusto a ajo" o "mi marido cocina, como debe ser".
La imagino en su casa, balanceándose de un lado a otro para equilibrar su peso y parloteando desde que se levanta hasta que se acuesta, y me parece un milagro que en el barrio no haya habido noticias de un uxoricidio.

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