Era muy simple, como un enroque. Se lo indiqué. Cuando la mujer del tipo sacara marcha atrás el auto del garaje, el tipo metía mi camioneta ahí y se subía al auto de la mujer, que tenía así vía libre para salir.
Pero no.
Arrancó a toda marcha para el lado del peaje del country, y conmigo adentro. No entendí qué pretendía, pero evité importunarlo con mis indicaciones.
Cuando quise acordar ya entrábamos en ruta. Llovía y estaba muy resbaladizo. Me pregunta qué tiene que hacer ahora. Le digo que girar en "u", pero con mucho cuidado por el estado del pavimento y por los autos que venían de la mano contraria.
Es entonces cuando un coche, delante nuestro, patina y se eleva verticalmente hasta desaparecer de mi vista para instantes después caer despatarrado.
Me apodero del volante, en una arriesgada maniobra lo esquivo, al tiempo que doblo pronunciadamente y me meto a la buena de Dios, en el tráfico de retorno al country.
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