domingo, 11 de septiembre de 2022

MAGNICIDAS

Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte llegaban al departamento de calle 50. Algún difuso parentesco con la familia de mi mujer hacía que nos visitaran. Él comenzaba a indagarme sobre el comportamiento de mi gata. Aunque intuía adonde apuntaba, le respondí. En efecto, intentaba darme instrucciones de cómo tratarla. Lo corté en seco. Detesto que se metan en mis asuntos. No obstante eso, su pareja insistió. Fui más tajante aún con la respuesta. Mónica me reprochó mi descortesía, lo que hizo que yo pegara un portazo. Salí a la calle con el propósito de denunciar al dúo magnicida. Intenté cortar camino hacia la central de policía por un paseo de compras. Pero llegado a un punto me dí cuenta que había perdido el rumbo. Le pregunté a un muchacho para dónde quedaba la central. Me invitó a tomar el ascensor junto con él, ya que justo iba allí a renovar el carnet de conducir. Entendí que no hablábamos de lo mismo. 

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